Motas de polvo, grasa de los dedos, ralladuras... los discos compactos no dejan de ser sistemas analógicos, así que una parte de los fallos viene de ese hecho.
Por otra parte,
tipos de disco compacto,
hay unos cuantos para CD y
otros tantos para DVD, multiplicado por el número de
sistemas de ficheros, junto con el
formato propio del disco (
DVD-R frente a
DVD+R).
Por eso lo importante a la hora de comprar una lectora/grabadora es saber qué formatos de disco es capaz de leer/escribir, qué tipos de contenidos puede leer/escribir y en qué sistemas de ficheros puede leer/escribir.
Otro problema está en el sistema operativo, que necesita, primero, tener soporte para el
sistema de archivos en que están guardados los archivos, y tener aplicaciones que entiendan el
tipo de disco.
Luego está la degradación: los discos grabados tienen unos años de mantenimiento de la información, al cabo de los cuales la capa donde quedaban grabados los huecos empieza a degradarse y caerse (
si no son antes comidos por los hongos, los de la familia del
Geotrichum).
La regla general es que los discos grabados con
estampación durarán mucho más que los grabados en casa. Y de los que se graban en casa, hay marcas que garantizan una conservación de 30 años si se mantienen en condiciones perfectas de luz, calor y humedad. Es una duración similar a la de los discos estampados. Otras marcas no garantizan nada, por lo que al cabo de 3 o 5 años, empiezan a degradarse.